465 # Walden

                            


 La poesía y la mitología antiguas sugieren que la agricultura fue una vez un arte sagrado, pero nosotros lo practicamos con urgencia irreverente y descuido. Nuestro único objetivo es tener grandes granjas y grandes cosechas. No tenemos festividad ni procesión ni ceremonia, y nuestras ferias de ganado, o el así llamado Día de Acción de Gracias, no parecen la excepción por medio de la cual el granjero expresa un sentido de lo sagrado en su oficio, o bien recuerda su origen sagrado. Lo que le lleva allí son el premio y la fiesta. No ofrece sacrificios ni a Ceres y ni a Júpiter terrestre, sino más bien al infernal Plutus. Por avaricia y egoísmo, y gracias a esa costumbre servil de la que nadie se libra y que permite considerar la tierra como una propiedad, o como el medio para adquirir una propiedad, el paisaje se deforma, la agricultura degenera con nosotros y el granjero lleva una vida mezquina. Sólo conoce la Naturaleza como un ladrón.

Walden

Henry David Thoreau