-¡Oh, hay diferencia y yo la conozco!- dijo inspirado Ubertino.- Lo que quereis decir es que hay un paso muy breve entre querer el mal y querer el bien, porque en ambos casos se trata de dirigir la misma voluntad, eso es cierto. Pero la diferencia está en el objeto, y el objeto puede reconocerse con total claridad. De una parte, Dios; de otra, el diablo.
Umberto Eco.