El único poder que merece tal nombre es el de las masas, y el de los gobiernos que se hacen órganos de las tendencias e instintos de las masas.
Su pensamiento se forma (el de la opinión pública) por hombres ...que...hablan , en su nombre, del asunto del momento, a través de los periódicos.
Ahora, el mero ejemplo de disconformidad, la mera repulsa a hincar la rodilla ante la costumbre es en sí misma un servicio. Precisamente porque la tiranía de la opinión pública es tal que hace de la excentricidad un reproche, es deseable, a fin de quebrar esa tiranía, que haya gente excéntrica.
el hombre, y más todavía la mujer, que puede ser acusado de hacer "lo que nadie hace", o de no hacer "lo que hace todo el mundo", es víctima de una calificación tan despectiva como si él o ella hubieran cometido algún grave delito moral. Es preciso poseer un título, o algún otro signo de rango que como tal se le considere, para que se le consienta en parte, el lujo de obrar a su gusto, sin perjudicar su reputación.
Las circunstancias que rodean a las diferentes clases e individuos se hacen cada día más análogas...ahora se leen,se oyen y ven las mismas cosas, van a los mismos sitios, tienen los mismos objetos de esperanzas y temores, los mismos derechos y libertades y los mismos medios de afirmarlos. Siendo grandes las diferencias de posición que quedan, no son nada comparadas con las que han desaparecido.
La humanidad se hace rápidamente incapaz de concebir la diversidad cuando durante algún tiempo ha perdido la costumbre de verla.
Sobre la libertad.
John Stuart Mill.