En países de civilización más avanzada y de espíritu más insurreccional, el público, acostumbrado a que todo lo haga el Estado por él, o al menos a no hacer nada por sí antes de consultar al Estado, no sólo si le es permitido hacerlo, sino también en qué forma hace, naturalmente, al Estado responsable de todo el mal que le sucede, y cuando el mal rebasa los límites de su paciencia, se levanta contra el Gobierno y hace lo que se llama una revolución; de la cual resulta que alguien, con o sin legítima autoridad de la nación, se apodera del trono, dicta sus órdenes a la burocracia y todo sigue aproximadamente como antes; la burocracia intacta y sin que nadie haya sido capaz de ocupar su lugar.
...En Francia, por haber servido en el Ejército una gran parte del pueblo, llegando muchos al grado de suboficial, hay siempre en toda insurrección popular varias personas competentes que puedan tomar la dirección e improvisar algún de acción...Lo que son los franceses en asuntos militares son los americanos en toda clase de asuntos civiles; dejadles sin gobierno y toda corporación de americanos será capaz de imrprovisar uno, y de dirigir este o aquel asunto público con un grado suficiente de inteligencia, orden y decisión.
...En Francia, por haber servido en el Ejército una gran parte del pueblo, llegando muchos al grado de suboficial, hay siempre en toda insurrección popular varias personas competentes que puedan tomar la dirección e improvisar algún de acción...Lo que son los franceses en asuntos militares son los americanos en toda clase de asuntos civiles; dejadles sin gobierno y toda corporación de americanos será capaz de imrprovisar uno, y de dirigir este o aquel asunto público con un grado suficiente de inteligencia, orden y decisión.
Sobre la libertad.
John Stuart Mill.