287 # Armonía de los mundos.

Cosmos

3. Armonía de los mundos.

 


-Si la Tierra era el centro del universo, si la creación tomaba como eje los acontecimientos  terrenales, si se pensaba que los cielos estaban construidos con principios del todo ajenos a la Tierra, poco estímulo quedaba entonces para las observaciones astronómicas. El modelo de Tolomeo, que la Iglesia apoyó durante toda la Edad de la Barbarie,contribuyó a frenar el ascenso de la astronomía durante un milenio. Por fin,en 1543, un clérigo polaco llamado Nicolás Copérnico publicó una hipótesis totalmente diferente para explicar el movimiento aparente de los planetas. Su rasgo más audaz fue proponer que el Sol, y no la Tierra, estaba en el centro del universo. La Tierra quedó degradada a la categoría de un planeta más, el tercero desde el Sol, que se movía en una perfecta órbita circular.


-La primera ley del movimiento planetario de Kepler es simplemente ésta:

Un planeta se mueve en una elipse con el Sol en uno de sus focos. En un movimiento circular uniforme, un cuerpo recorre en tiempos iguales un ángulo igual o una fracción igual del arco de un círculo. Así,por ejemplo, se precisa el doble de tiempo para recorrer dos tercios de una circunferencia que para recorrer sólo un tercio de ella. Kepler descubrió que en una órbita elíptica las cosas son distintas.

Cuando el planeta está alejado del Sol cubre un arco mucho más pequeño en el mismo período de tiempo,pero ese arco corresponde a una área mayor, pues el Sol está ahora más distante. Kepler descubrió que estas dos áreas eran exactamente iguales, por elíptica que fuese la órbita: el área alargada y delgada correspondiente al planeta cuando está alejado del Sol, y el área más corta y rechoncha cuando está cerca del Sol, son exactamente iguales. Ésta es la segunda ley del movimiento planetario de Kepler: Los planetas barren áreas iguales en tiempos iguales.

La tercera ley de Kepler, o ley armónica, afirma que los cuadrados de los períodos de los planetas (los tiempos necesarios para completar una órbita) son proporcionales a los cubos de sus distancias medias al Sol: cuanto más distante está el planeta, más lento es su movimiento, pero de acuerdo con una ley matemática precisa.



 -La armonía de este mundo se le escapó. Sus tres leyes del moviemiento de los planetas representan, como hoy día sabemos,  una armonía verdadera de los mundos. Para Kepler, sin embargo, no eran más que puntos incidentales en su busqueda de un sistema cósmico basado en los cuerpos sólidos perfectos. Un sistema que solamente existió en su mente. No obstante, gracias a su obra hemos descubierto que las leyes científicas abarcan toda la naturaleza; que las mismas leyes pueden aplicarse tanto en la tierra como en el firmamento, que existe una resonancia, una armonía entre nuestar forma de pensar y la forma en que funciona el mundo. Cuando vio que sus apreciadas creencias no concordaban con las observaciones precisas, aceptó la triste realidad: prefirió la cruda verdad a sus más queridas ilusiones. Ese es el corazón de la ciencia.